martes, agosto 01, 2006

excelencia literaria

Este artículo y este cuento Es todo lo que he conseguido publicar en la página de Miguel Aranguren. A pesar de todo ha merecido la pena. Creo que son lo mejor de mi carrera (entre otras cosas porque me los ha corregido; pa que engañarnos.)

30-9-06: Por cierto, ayer falló el jurado, y he ganado el 2º accesit. Soy el único pive que ha ganado algo, lo cual puede ser algo de lo que avergonzarse, o de lo que enorgullecerse, según escrupulos del lector. En cualquier caso, pinchad aqui.

mamá

No puedo más. Los demás niños son unos pesados. Unos infantiles. No comprenden que es propio de niños buenos dejar las cosas tuyas a otros niños. Está decidido: se lo voy a decir a mamá, que ya me mira desde el banco del parque, sonriéndome. A veces creo que sabe justamente lo que estoy pensando.
- Mamá, esos niños son unos egoístas y no me dan sus cosas.
- Pero hijo – dice con una comprensión y ternura que me encantan.- ¿Les has dejado tú jugar con tus cosas?
- Por supuesto que no – le digo ofendido.- ellos tienen muchas cosas y yo pocas, así que ellos me prestan y yo juego con ellas.
- No, hijo – dice con tranquilidad.- déjales tus cosas y ya verás como ellos te dejarán las suyas.
No me gusta prestar mis cosas. Pueden romperse si otro niño las utiliza mal. Pero mi mamá se pondrá contenta si presto, así que se lo dejo a Carlitos. Pero es que debe de ser un poco tonto, porque no sabe utilizarlo y está girando la pierna del superguay- man en una dirección antinatural.
Como no haga yo nada lo romperá. Y con cuidado me acerco y le digo:
- Así no se hace, deja que te enseño.- Y en lo que estoy cogiéndolo simpáticamente para enseñarle, el se enfada, y me dice, antipático:
- Déjame; me gusta así.
- Pero es que lo vas a romper.- digo haciéndome el listo.
- ¡Pues no – me asalta Carlitos.- porque yo en mi casa tengo uno igual, solo que mejor, y más grande, y más bonito, y no se rompe!
Y se va corriendo. Y es más rápido que yo, que estoy un poquito gordo -dice mamá que es porque me quiere mucho- y me canso muy pronto.
El, se sube a un tobogán y me saca la lengua, mientras sigue dando vueltas inhumanas a la pierna del pobre superguay- man. Al final, la pierna da su último giro y Carlitos mira atónito como, después de crujir, se queda el trozo de plástico entre sus manos, y baja corriendo del tobogán intentando que yo no lo vea, para dejarlo sobre un banco con cara de asustado.
Me acerco llorando a mi madre, impotente ante tan dolorosa situación, y un ataque de rabia aliado con mi mala educación la toma con mi madre.
- ¡Idiota! ¡Todo por tu culpa!...
La lista de insultos es interminable, y a mi madre se le entristecen los ojos de humillación ante las miradas de todo el parque. Y nada puede refrenar mi llanto.
Y me mira con agobio mi mamá.




No puedo más. Pero ya lo he conseguido.¡Al fin! Graduado. No me lo puedo creer. Me ha costado mis esfuerzos, pero he conseguido el premio anual al mejor alumno. Y justo en segundo de bachillerato. En estos momentos, y aunque nunca me abandonó la gordura propia de mi complexión física, puedo sentirme como un verdadero deportista de élite ante las cámaras. `` ¿Cómo has visto el partido? Bien, el equipo rival se plantó fuerte atrás, pero mi trabajo incansable y en equipo conmigo mismo, y el inseparable apoyo de mi inteligencia suprema han decantado la victoria a mi favor.´´
Mamá sonríe orgullosa desde la grada, y a mi me provoca una sensación de bienestar que no soy capaz de expresar. Vivo exclusivamente para mí... Solo hago excepciones con mamá.
La gente de mi clase se va a festejarlo a un garito. Nadie me ha invitado, ni tampoco me importa; yo soy el premio anual, y ellos una pandilla de envidiosos carentes de inteligencia. Ellos son los que pasarán hambre; yo tengo un futuro prometedor. Es más, es un futuro tremendamente próximo; la empresa que monté con el dinero de mis padres está dando muchos y muy buenos resultados. Pronto me independizaré, y con mis fondos me daré a la buena vida, y tendré un criado para todo, y nadie me molestará... Salvo Mamá.



No puedo más. Tengo que dejar de soñar. La vida no es como la había ideado. Faltan muchos detalles que había sobrevolado en mi afán por encontrar un mundo perfecto, sin darme cuenta de que, si fuera perfecto, no sería mundo.
¿Qué hago ahora? Me obsesioné con mi trabajo, dejé mi vida por una idealizada forma de ver el prestigio. Mis relaciones personales anduvieron por los suelos; los que creía y tenía por amigos no eran sino escalapuestos sin escrúpulos; a lo sumo honrados compañeros de trabajo a los que en realidad no agradaba mi compañía.
Vivía en una idílica mentira, propia de los mitos; de El show de Truman; todo el mundo me seguía la corriente.
Ahora, al sopesar lo bueno de mi vida con la objetividad, lucidez y gravedad que aportan unidos una tragedia traumática y el paso de los años, medito entristecido que me movió a no cambiar de hábitat, y por qué no me decidí a abandonar mi oscura cárcel hasta que ya no estaba eso en mis manos. Y, confinado a una habitación compartida de una fétida residencia pública, sin visitas, ni lujos, ni caprichos... Acepto resignado que he desperdiciado irresponsablemente el tiempo que se me concedió en esta tierra.
No sé qué le faltó a mi vida, pero algo falló. Mis compañeros de “celda” no son tan amargos como yo. Será que nunca han llegado tan alto como yo, para poder notar la diferencia, y aquello no les parece tan malo, pienso para consolarme. Pero en mi interior sé que no es eso, se que no es eso lo que me atormenta. Y en un bullir silencioso, un nudo se va formando lentamente en mi garganta, al recordar el sin duda episodio más triste de mi triste vida. Aquel día, como en las películas de Hollywood con situaciones similares, llovía. Y llovía a raudales. Los cipreses se tambaleaban altivos y purgantes por el poderoso viento, que apenas permitía oír recitar al cura las plegarias:
“ Pater noster qui est in caelis...” Fervorosamente rezó el padre, y después de un largo rato abandonó el lugar, rosario en mano, para dejarme solo ante la situación más difícil de mi vida: despedirme de la mujer que había significado algo para mi durante unos escasos años de mi existencia. Finalmente, me acomodé en mi gabardina de piel de camello, me coloqué el sombrero, bien calado, para que la gente no me viera llorar, y abandoné el lugar. Se había acabado tu funeral, Mamá.







Este cuento se llevó también el accesit del concurso de Retamar. SEré recordado como el chaval más mencionado en un concurso que "no se lleva nada".

metánoya

Parece ser que en blogger pasada cierta fecha te suprimen las entradas; conforme me desaparezcan las volveré a editar... Como es en este caso. Con todos ustedes de nuevo; METÁNOYA

No estoy seguro de poder pensar.

Mi vida y mi mente forman

un convulsivo y negro

agujero.



Lo que pensé conocer

lo desconozco ahora;

Lo que desconocía

es ahora puerta

abierta a la mentira.



Anduve durante un tiempo

incierto

por el camino falso y a cada paso

angosto

del ególatra.



Ahora toco olvidar...

Y morir.




Esta es la poesía que ganó la mención especial del concurso literario de Retamar en el año 2005/06. Apreciad bien todos sus matices, porque es la obra culmen de la poesía universal..

empezamos

Como sabeis, me encanta presentar mis blogs, así que os lo presento: en este blog voy a haceros llegar todos mis escritos hasta que me fiche alguna editorial. esperemos que sea pronto.