martes, abril 15, 2008

que trata sobre el amor, y las diferentes formas que puede llegar a tomar tan singular fenómeno entre los que se dicen seres racionales de este mundo.

Este texto me lo envió un amigo mío italiano, en plan reflexión personal. Si bien no diré su nombre, como me gustó mucho, lo voy a publicar. Le he cambiado algunas expresiones que, por ser transalpino, no había escogido bien el chaval, pero nótese mi envidia: ¡Ya quisiera yo escribir en italiano como el maneja el español!
No se acostumbren las cuatro o cinco viejas que aun me aguantan a fotos y artículos melosetes: éste, ya lo aviso, es una absoluta escepción:
"En 2001 salió a las salas de cine “Moulin Rouge” la obra maestra de Baz Luhrmann. La película contaba la historia extremadamente romántica entre una prostituta del teatro parisino que da nombre al film y un guionista que trabajaba en el mismo lugar. Muchas críticas han subrayado las maravillosas canciones, las fantásticas escenografías o los espectaculares bailes que caracterizan el film. Además el fuerte amor que une a los protagonistas reina a lo largo de toda la historia, confiriéndole unos matices novelescos.

Es curioso como, a pesar de todo, lo que más llamó mi atención era una simple frase pronunciada por el amante en el momento culmen de la obra, que me pareció más significativa que todas las esceneografías y bailes: “The greatest thing you will ever learn, is just to love, and be loved in return”, pocas palabras pero con un significado particularmente intenso: “lo más grande que podrás aprender es sólo amar y ser amado de vuelta”. Tal vez con poco más de doce años mi cabeza aún era demasiado pequeña para recibir unos conceptos tan fuertes pero han pasado siete años desde que la vi por primera vez, y creo que he aprendido a valorarla mejor.
Difícilmente podré olvidarme de ella.

En efecto, creo que todo ser humano, en su larga búsqueda hacia la felicidad, necesita amar y ser amado; amar a su pareja, a sus padres, a sus amigos, a su Dios o a su familia. Y es extraño ver como el ser humano, el ser más racional de esta Tierra, es el único capaz de amar, cuando el amor en sí no es nada racional. Es fácil notar que un amor condicionado a alguna característica no sería amor verdadero, equivaldría a decir: “te amo sólo si tú...”, y el amor verdadero no tiene condiciones, no depende de algo concreto. Sin embargo a la vez si lo pensamos bien toda conducta humana racional posee una causa, o en otras palabras, siempre que hacemos algo es por una causa, mas el amor no tiene causa concreta.

A lo largo de la historia de la humanidad numerorsos pensadores escribieron acerca del amor desde Platón "Donde reina el amor, sobran las leyes", pasando por Nietzsche "Hay siempre algo de locura en el amor; pero siempre hay algo de razón en la locura." y llegando hasta Wilde "La mujer nació para ser amada, no para ser comprendida". Es fascinante ver la importancia del amor, aunque en la actualidad hay mucho desengaño frente a él: el cantautor Joaquín Sabina ha llegado a afirmar: "El amor es el maquillaje del sexo". Ante esto no puedo más que expresar mi rechazo, pues el amor eleva los seres humanos a la divinidad, nos proporciona armas inhumanas, como por ejemplo el saber perdonar. El perdón es una de las formas de amar más fuertes que hay (en este ámbito modificaría la célebre frase de Aristóteles “El ser se dice de muchas maneras” para decir “El amor se dice de muchas maneras”), especialmente debido a su dificultad intrínseca. La mayoría de las personas no quieren perdonar. Perdonar significa despojarse del propio orgullo, bajar la propia dignidad, pero todo esto no debe entenderse en un marco burlesco sino en saber entregarse a la otra persona, en saberle decir: “no pasa nada, por ti te perdono, porque nuestro amor vale mucho más”.

En una sociedad donde los debates entre cristianos y laicos son cada vez más fuertes es oportuno ver lo que poseemos en común más que lo que nos divide y el valor del amor constituye el más importante punto de acuerdo. Cabe por lo tanto destacar esta cita del Nuevo Testamento: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros." (Juan 13,34-35). Es importante tener claro el concepto de amor, porque es la cuna de la cultura occidental."

3 comentarios:

Iago Morais dijo...

Es muy interesante el texto. Segun mi muy subjetivo punto de vista, viene a decir que el amor no solo es amor. Vamos que solo tenemos una idea fija de amor y no nos damos cuenta de que el amor existe en otras muchas expresiones. Yo comparto esto último, puedes amar a una mujer, si. Puedes amar a la vida, a Dios.. a todo. Por eso creo que he podido llegar a amar a un hombre, y también a una mujer.

Para excusar al pobre de sabina diré que el no piensa eso del amor y lo demuestra en muchas canciones. Es una frase dicha, que sin el contexto no puede referirse a su pensamiento. ¿Quien de nosotros no a dicho alguna vez algo similar?

Saludos, y gracias por leerme!

Anónimo dijo...

La verdad es que la tuya es una opinión muy subjetiva del texto, y como autor de éste me gustaría plantearte la cuestión de un amor exclusivo.
Claramente puedes amar a tu padre y a tu madre a la vez, pero ¿de verdad crees que puedes amar a dos novias o novios a la vez? Sinceramente mi respuesta es no, en absoluto; pues para amar realmente tu pareja tienes que entregarte del todo a él/ella y no entragrte a mitad. Creo que el argumento es de una lógica aplastante, pero bueno tal vez sea un punto de vista muy subjetivo...

Iago Morais dijo...

Tienes razón, pero cuando se habla de un tema algo intangible y subjetivo, es lógico que las opiniones sobre este también resulten muy objetivas.

Enhorabuena por el texto.
Saludos!